viernes, 9 de enero de 2015

Niños, niños, niños siempre seremos niños

Hace un par de meses mientras mi hijo se disponía a ver dibujos en la televisión, decidí quedarme con el viendo algún capítulo de sus series preferidas; oh sorpresa lo que vi, puros dibujos vacíos con bastante efectos especiales y que literalmente en la próxima navidad serian motivo de el adelgazamiento de mi billetera.

Pues bien decidido a que mi hijo viera algo decente decidí entrar al Netflix ( y no me deben juzgar pues no soy snob), y busque algo decente (ósea lo que yo veía)…buscando, buscando encontré Transformers G1, quien no ha visto esto en su infancia, con trama y hasta con lógica; mi hijo tiro el grito al cielo y dijo que monseeeee que es esooooooooo, porque se ven tan cuadradossssssssssssssssssssssssss, cambia por favor, fue el primer hit…sentí que ya moría y dije lo estoy perdiendo.

Ahora si la hago dije y me mande con las Marionetas del Teatro Japonés que daban en canal 7, buscando en youtube encontré en buena calidad, se los coloque y vi que iba a la cocina a traer agua o comía sus galletas, me preguntaba porque no había interés….porque…que es lo que le pasa a los niños de estos tiempos, mucho Ben 10, Bratz entre otros que no son más que marketing para que compren los juguetes.

Ya desmotivado me mande a algo más básico, Niños en Crecimiento, quien no se acuerda de ese programa de marionetas del canal 7 con la profesora coneja, y los alumnos tejón, tigre, mono y dos más.

Y por fin, por fin mi hijo se acostó en una almohada sobre mi regazo y dijo que chévere.
Yo en ese momento me sentí mejor, dije algo aprenderá; después de un tiempo lo vi solito viendo aquellos dibujos que yo veía.

A veces es bueno que nuestros hijos sepan quienes somos y hasta que veíamos, pues ahora los medios de comunicación solo enseñan basura.

Y para rematar ese viaje al pasado mi tío le regalo un bolero, mi hijo lo miraba diciendo que es esto, y las luces, donde van las baterías, yo le decía se juega así y esto era el PSP o GAMEBOY de mi época.

Encontré mis fabulas de Esopo, con las hojas amarillas y empezamos a leerlas como cuentos de noche todos los días, y con todas estas cosas que les cuento lo vi volverse más sensible a mi hijo.

Los seres humanos somos complejos y siempre es bueno mostrarles todas las realidades a nuestros hijos y sepan adaptarse a ellas.


Ellos son los pasos de nuestra vida.

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